Desde que tengo memoria, siempre me he sentido atraído por crear, construir y soñar en GRANDE. Recuerdo perfectamente cómo, a los 4 años, pasaba horas en la sala de mi casa rodeado de legos, cartónes decorados y cualquier cosa que pudiera transformar en algo único. Ahí, entre torres inestables y puentes imaginarios, comenzó a nacer mi pasión por el diseño y la arquitectura. No puedo hablar de estos inicios sin mencionar a mi familia, que ha sido mi mayor inspiración. Mi mamá, una mujer guerrera que siempre ha sido mi pilar, me apoyó en cada uno de mis sueños locos. Su ejemplo me enseñó que no hay límites para lo que podemos lograr cuando trabajamos duro. Mis abuelitos también jugaron un papel fundamental. Mi abuelita, con su habilidad para crear cosas maravillosas con sus manos, y mi abuelito, que me acompañaba en todas mis ideas, siempre estuvieron ahí para impulsarme. Y aunque mi papá no vivió conmigo debido a circunstancias de la vida, recuerdo con mucho cariño su talento creativo.